Translate

miércoles, 2 de octubre de 2013

la "69"

Campeonatos 2005 / 2006

Categoría: 2ª Femení

Equipos: St. Quirze - Pradenc



Siempre me agradó conducir y pasear por la campiña catalana. Había días que iba con más tiempo a los partidos para disfrutar un poco de relax antes o después de la faena. Llevaba mi cámara de fotos o simplemente buscaba senderos y recolectar algunas bayas de mora, fresas o setas.
En un partido de féminas, además, estaba el aliciente de que los partidos eran más relajados, no tan exigentes físicamente y también el “entorno” dentro del campo.
En la revisión, las mismas jugadoras están algo incómodas si les dirige el partido un hombre. Desde el momento de entrar al campo y la revisión de fichas.
En el acto de presentarse, las jugadoras observan todos tus gestos.
Aunque es un protocolo a cumplir en todos los partidos, a veces es distendido y llevadero, otras es algo más tenso. Como se ha de revisar si el equipo está en orden (espinilleras, cordones, el número de camiseta que se corresponda con la ficha presentada, sin anillos, aros u objetos que puedan ser peligrosos, etc) ya había hecho un método para la revisión en partidos femeninos. Alertaba inicialmente y en general: “por favor, quitados cualquier anillo, collar, pulsera, aros o pendientes o piercing que pueda lastimar a alguien, igualmente, las espinilleras bien puestas y camisetas”.
Me evitaba así que ellas creyeran que me fijaba especialmente hacia alguien -o sus espaldas, o más- y hacía más relajado ese trámite.
Colocaba las fichas frente a mí y con ello enseñaba que no me fijaría en ellas más bajo que sus camisetas y el número en ellas.
Al final de la alineación de un equipo, la “69”. Una mujer guapísima, rubia, alegre, ojos llamativos y unas pocas pecas sobre los pómulos. De su físico no diré más que era la mejor desarrollada de cuanta jugadora he visto. Me sonreí con el entrenador al revisar el número. Él también me sonrió diciendo:
-ése número me lo pidió ella misma.
Hay veces que en el golpe del balón al cuerpo suelen llevarse los brazos al pecho y protegerse. Es un gesto natural en ellas. Ese mismo gesto en los hombres es sancionable como “una mano”, si es intencionado.
En este partido, mi visión siempre se desenfocaba para caer sobre la “69”. “¡Qué mujer más guapa!”. Y en seguida mi profesionalidad que me llamaba al orden. Recitaba mi salmo: “Concentración! Concentración!” incontables veces.
En partidos de varones te cuidas de no chocar con ellos puramente por tu integridad. En estos partidos de damas es, además, por decoro. En aquellos partidos pueden esos jugadores agradecerte o aceptar tus decisiones con una palmada a los hombros o en las espaldas. O hacer lo mismo el árbitro. O acercarse ambos y hablar tranquilamente en alguna pausa del juego. En estos otros partidos, eses gestos son imposibles.
La “69” era una jugadora de medio campo, corría bastante rápido, controlaba el balón con habilidad y dejaba a las compañeras lugar y juego.
En una recepción de la pelota desde arriba, controla ésta con el pecho y le deja caer a sus pies. En vez de seguir jugando el balón se agacha sobre sus tobillos y llevó su mano izquierda a su pecho con gesto de dolor en la cara. Varias compañeras y contrarias se le acercaron. Como muchas jugadoras se desentendieron del juego de fútbol para interesarse por la compañera, decidí interrumpir el juego, puro gesto de gentileza.
Confieso, quizás era mi parte no profesional que se interesaba más por la persona que por la jugadora.
Al acercarme a distancia prudente para saber qué le habría sucedido les escucho comentar.
-es justo sobre el pezón!, donde está el piercing!
Pude controlar mi tormenta de ideas y luego me quedé pensando: ¡si les dije de los piercings! ¿O había que revisarles?

A los pocos minutos di por acabado el partido. Ese incidente no lo reflejaría en el acta. Sería perjudicarle. Algunas jugadoras se me acercaron a saludarme con apretón de manos y saludar asimismo a otras jugadoras. La “69” se dirigió directamente hacia otra joven del público, le saludó afectuosamente con beso en los labios y la joven del público llevó su mano sobre el pecho que recibió el impacto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario